Por fin sacaste esa hierba infernal de tu cabeza, pero ¿ya la sacaste de tu cuerpo? Esta es una pequeña ruta que seguramente seguirás.

Sin presión

Justo 20 minutos después de que te quitaste el peso del tabaco, tu presión arterial y pulso empiezan a caer. “La nicotina es un estimulante y provoca que tu corazón trabaje más rápido” dice la especialista Amanda Sandford. “Deshazte de ella y tu pulso regresa a la normalidad, disminuyendo tus posibilidades de un ataque al corazón.”

Sensibilidad y sentido

Justo a tiempo para la reservación de la cena de mañana, las terminales nerviosas dañadas por el humo crecerán de nuevo y tus sentidos del olfato y el gusto aumentarán. “El crecimiento de las células ocurre cuando los niveles normales de oxígeno se restauran, además de que tu circulación mejorará”, sostiene Sandford. Además, tus dedos dejarán de verse como salchichas baratas.

Respira suavemente

Ahora que tus pulmones han dejado de ser chimeneas, podrán relajarse y esto te permitirá respirar mejor. “El humo es un irritante que causa que tus vías respiratorias se vuelvan más angostas”, explica Bhatti. “Deshacerte del irritante permite que se relajen de forma gradual. Sólo te tomará 72 horas.” La mala noticia es que esto, para ti, será como 72 años.

El antojo

Conforme tu cuerpo se adapta al cambio, tus antojos aumentan. “Llegan los síntomas de supresión”, explica el doctor Osman Bhatti. “Puede que te sientas cansado y ansioso. Los niveles de azúcar también caen, lo cual provoca que te atasques de comida”, asegura el doctor Stuart Flanagan de Radio 1, en Inglaterra. Toma mucha agua para suprimir el apetito.

Fuente: https://www.menshealthlatam.com/salud/467864/que-pasa-cuando-dejas-fumar/

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