Los reveses legales en los Estados Unidos han forzado a la industria tabacalera a admitir que sus productos son dañinos, y que durante décadas los productores de cigarrillos engañaron deliberadamente al público sobre los efectos del tabaquismo en la salud. Pero estas “declaraciones correctivas” no significan que la guerra con la industria haya terminado.

 

Por Tedros Adhanom Ghebreyesus y Tabaré Ramón Vázquez

Link al original: https://www.project-syndicate.org/commentary/big-tobacco-corrective-statements-by-tedros-adhanom-ghebreyesus-and-tabar-ram-n-v-zquez-2017-12

 

Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay

Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay. (Foto: Presidencia de Uruguay)

GINEBRA, 19 de diciembre de 2017 – Todos sabemos lo malo que es el tabaco, que mata a millones de personas cada año y que daña a muchas más. También sabemos que las compañías tabacaleras han mentido constantemente sobre cuánto daño causan sus productos.

Pero ahora las tabacaleras se han visto obligadas a declarar estas verdades públicamente. Luego de perder una serie de apelaciones a un fallo de la Corte Federal de Estados Unidos en 2006, cuatro compañías tabacaleras se vieron obligadas a revelar la verdad detrás de años de comercialización engañosa, mediante la publicación de anuncios que contenían “declaraciones correctivas” en los periódicos estadounidenses y en la televisión. Estas declaraciones públicas reconocen que las compañías – Philip Morris USA, RJ Reynolds Tobacco, Lorillard y Altria – sabían el daño que causaban sus productos pero seguían vendiéndolos de todos modos.

Y no son solo los tribunales los que están tomando medidas contra la industria tabacalera. La reciente decisión del banco francés BNP Paribas de dejar de financiar e invertir en compañías tabacaleras, incluidos productores, mayoristas y comerciantes, es solo la última señal de que la salud pública finalmente se está poniendo por encima de los intereses comerciales.

Aún así, debe ser claro que estas confesiones atrasadas no son producto de una catarsisis altruista de la industria. Fueron el resultado de la presión combinada del sistema de justicia de EE. UU., los defensores del control del tabaco y el gran peso de la evidencia contra el marketing engañoso de los productos de tabaco “suaves” y “lights”. Deben considerarse como una advertencia: no se podía confiar en la industria en el pasado, y no se debe confiar en que haga lo correcto en el futuro.

Incluso hoy, las mismas compañías tabacaleras están comercializando nuevos productos que, según afirman, serían menos nocivos -como los dispositivos electrónicos (Heat not burn) que vaporizan el tabaco para producir un aerosol que contiene nicotina-, y se encuentran financiando a grupos que pretenden trabajar “por un mundo librede humo”. El mundo ha sido testigo de tácticas similares en numerosos lugares, desde Uruguay hasta Australia, donde las empresas tabacaleras interponen demandas contra la regulación legítima de sus productos mortales. A pesar de los resultados, sin duda continuarán buscando nuevas formas de oponerse a las restricciones al tabaco.

Sin duda, la orden de la corte de publicar las “declaraciones correctivas” en los medios estadounidenses representa una victoria para la verdad. Concluye una importante demanda del Departamento de Justicia de EE. UU., presentada en 1999 bajo una Ley contra la corrupción de organizaciones y dejada parcialmente sin resolver hasta octubre de 2017, durante una década de apelaciones y disputas legales luego de la primera decisión de 2006.

Las declaraciones detallan los efectos mortales para la salud del tabaquismo y el humo de segunda mano, incluido el hecho de que los cigarrillos con bajo contenido de alquitrán y “light” no son menos nocivos que los regulares; que el acto de fumar y la nicotina son altamente adictivos; y que los cigarrillos son manipulados “intencionalmente” para “maximizar la ingestión de nicotina”. Incluso los fabricantes de cigarrillos admiten que sus productos contribuyen a 1.200 muertes en los Estados Unidos cada día. En todo el mundo, el consumo de tabaco mata a más de siete millones de personas al año.

Ya ha sido suficiente; en este momento crítico, no debemos dejar que se pierda el impulso. Los gobiernos y las organizaciones de salud como la nuestra están en guerra con la industria tabacalera, y seguiremos luchando hasta que la venzamos.

Si los líderes nacionales, los ministros de salud y los ministros de finanzas alguna vez se preguntaran qué tan lejos deberían ir para regular los productos de tabaco, las declaraciones de las tabacaleras, junto con las dudas de los inversionistas, han proporcionado una respuesta: tanto como sea necesario. Los gobiernos enfrentan un imperativo moral y legal para utilizar las medidas más fuertes posibles para proteger a sus ciudadanos del tabaco.

Un camino a seguir sería que más gobiernos implementaran los compromisos consagrados en el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco. El CMCT de la OMS proporciona directrices sobre temas tales como impuestos al tabaco, conciencia pública y educación, y advertencias sobre los paquetes. Estas medidas han ayudado a salvar millones de vidas en la última década, sin mencionar cientos de miles de millones de dólares en costos de salud. Pero se puede hacer más, y solicitamos a los gobiernos de todo el mundo que fortalezcan la implementación del CMCT de la OMS acelerando la adopción de las políticas de control del tabaco “MPOWER”, medidas destinadas a fortalecer la implementación a nivel nacional del CMCT de la OMS. Implementadas en conjunto, estas políticas representan para los países la defensa más fuerte contra la industria del tabaco.

Además, los gobiernos deberían respaldar el Protocolo para Eliminar el Comercio Ilícito de Productos de Tabaco, cuyo objetivo es prevenir el comercio ilícito, como el contrabando. Mientras que 33 países y la Unión Europea han firmado el protocolo, se necesita el apoyo de otros siete gobiernos antes de que pueda entrar en vigor.

Y, finalmente, mirando hacia la reunión de alto nivel de la ONU sobre enfermedades no transmisibles en 2018, los líderes de gobierno deben estar preparados para demostrar su compromiso de proteger a las personas de enfermedades cardíacas y pulmonares, cáncer y diabetes, apoyando las medidas de control de tabaco más fuertes.

Con sus recientes admisiones, las tabacaleras se ha visto obligadas a revelar su verdadera naturaleza. Sin embargo, estas empresas nos han pedido a todos que rechacemos sus productos a regañadientes. Creemos que es hora de aceptar esta oferta.

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