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Dra. Nydia Amador, presidenta RENATA
Recientemente trascendió que el tabaquismo es la tercera condición presente en pacientes fallecidos por Covid-19 en Costa Rica. Si ya de por sí es lamentable que personas fumadoras -activas o no- sufran deterioro de su salud, con mucha más razón cuando se considera la enorme vulnerabilidad que presentan en esta pandemia las personas que han fumado.
Los datos corresponden al corte del 4 de setiembre anterior, dado por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), donde se indica que, de los 422 fallecidos con coronavirus, 105 habían perdido la vida teniendo como antecedente el tabaquismo. Este número de víctimas es superado solo por personas con hipertensión y diabetes.
Costos para el sistema de salud. El tabaquismo nos debe llamar a la reflexión sobre sus consecuencias para nuestra salud. Pero también sobre los costos que caen en el sistema de salud pública, los cuales suman más de ¢129 mil millones según un estudio del 2015. Este monto supera el 0,47% del Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica. Asimismo, los impuestos no llegan a cubrir ni el 30% del gasto que le representa a la Seguridad Social atender las enfermedades resultantes del consumo de productos de tabaco, como las enfermedades cardíacas, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), neumonía, accidentes cerebro vasculares (ACV) y cáncer, entre otras.
Estos costos se elevan en momentos de pandemia pues se abre un flanco frente a las consecuencias, claramente más severas, para quienes contraen el coronavirus y tienen antecedentes de tabaquismo activo, pasivo y para los exfumadores.
El Covid-19 y los fumadores. El Covid-19 es una amenaza grave para quienes fuman tabaco, marihuana o vapean. Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) así lo han replicado varias organizaciones como Campaign for Tobacco-Free Kids.
Para nadie es un secreto que fumar es un factor de riesgo para muchas infecciones respiratorias y aumenta la gravedad de este tipo de enfermedades. El coronavirus es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente el sistema respiratorio, y el tabaquismo precisamente deteriora la función pulmonar.
Pero la gravedad del hecho se hace más evidente, cuando se considera que ese daño a los pulmones causado por el fumado, también afecta la capacidad del cuerpo para combatir de mejor manera otras enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes que a su vez pueden redundar en una afectación más alta cuando los pacientes son afectados por el Covid-19.
La investigación disponible, arriba citada, sugiere que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves y llegar hasta la muerte. Hasta ahora, los fallecidos y los enfermos graves con Covid-19 parecen concentrados en personas mayores con problemas de salud subyacentes, como diabetes, obesidad, cáncer y afecciones respiratorias. Por lo tanto, es razonable preocuparse de que la función pulmonar comprometida o la enfermedad pulmonar relacionada a antecedentes de tabaquismo, como la EPOC, podría poner a las personas en riesgo de complicaciones graves.
Vapear no es una alternativa. Vapear, como fumar, también puede dañar la salud pulmonar. La evidencia emergente indica que los pacientes con los sistemas respiratorios, inmunitario y cardiovascular comprometidos tienen un mayor riesgo de infección grave por Covid-19. Lo anterior debido a que la exposición a aerosoles de los cigarrillos electrónicos daña las células del pulmón y disminuye la capacidad de responder a la infección, lo que agudiza sus consecuencias.
Otro aspecto a considerar tanto en el caso de cigarrillos convencionales como electrónicos y productos de tabaco calentado, es la mayor probabilidad de contagiarse por coronavirus, ya que la acción de fumar o vapear, implica un mayor contacto mano-boca y por ende fomenta la entrada del virus en el aparato respiratorio. Además, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha indicado que inhalar y exhalar el humo del tabaco vía cigarrillos o dispositivos electrónicos moviliza gotas respiratorias diminutas que pueden contener mayor carga viral y ser altamente contagiosas.
Otro factor a considerar es que con el uso obligatorio de las mascarillas el fumador o vapeador debe quitársela y ponérsela para consumir el tabaco o nicotina. Esto aumenta el riesgo de contagio, al estar manipulando la mascarilla.
Si bien el coronavirus nos ha llevado a cambios drásticos en nuestra cotidianidad, también debe permitirnos una reflexión sobre lo que podemos o no controlar para evitar ser presa de males y padecimientos que pongan en riesgo nuestra vida y la de quienes nos rodean. Precisamente el fumado, el uso de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado son factores de riesgo, de ahí nuestro llamado para que cada vez menos personas caigan víctimas de sus consecuencias y que los fumadores y vapeadores se acerquen a los recursos existentes en el país para la cesación.
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